METE UN TIBURON EN TU PECERA

 

Hola todos; este correo lo recibí hace unos meses; no sé quién me lo envió ni quién lo escribió, pero les aseguro que me cambió la vida.

Tengo 44 años; soy abogado, tengo un buen trabajo y una hermosa familia; desde hace dos años estudio Administración de Empresas en la Unipanamericana; todo porque este correo me enseñó algo muy valioso... quieren saber qué es?..., léanlo, quizás a alguien le pase lo mismo que a mí.

"Los japoneses siempre han gustado del pescado fresco, perolas aguas cercanas a Japón no han tenido muchos peces por décadas, así que para alimentar a la población japonesa, los barcos pesqueros fueron fabricados más  grandes para ir mar adentro. Mientras más lejos iban los pescadores, más era el tiempo que les tomaba regresar a entregar el pescado. Si el viaje tomaba varios días, el pescado ya no estaba fresco. Para resolver el problema, las compañías instalaron congeladores en los barcos pesqueros, así podían pescar y poner los pescados en los congeladores; sin embargo, los japoneses pudieron percibir la diferencia entre el pescado congelado y el fresco, y no les gustaba el congelado, que, por lo tanto, se tenían que vender más barato.

Las compañías instalaron entonces en los barcos tanques para los peces, podían así pescar los peces, meterlos en los tanques y mantenerlos vivos hasta llegar a la costa, pero notaron que después de un tiempo los peces dejaban de moverse en el tanque, estaban aburridos y cansados, aunque seguían vivos, los consumidores japoneses también notaron la diferencia del sabor,porque cuando los peces dejan de moverse por días, pierden el sabor fresco.

Y, ¿cómo resolvieron el problema las compañías japonesas?, y ¿cómo consiguieron traer pescado con sabor de pescado fresco?, si las compañías japonesas te pidieran asesoría, ¿qué les recomendarías?

(Mientras piensas en la solución.... Lee lo que sigue):

Tan pronto una persona alcanza sus metas, tales como empezar una nueva empresa, pagar sus deudas, encontrar una pareja maravillosa, o lo que sea, empieza a perder la pasión. Ya no necesitará esforzarse tanto, así que solo se relaja. Experimentan el mismo problema que las personas que ganan la lotería, se jubilan, o el de quienes heredan mucho dinero y nunca maduran, o de quienes se quedan en casa y se vuelven adictos a los medicamentos para la depresión o la ansiedad.

Como en el problema de los pescadores japoneses, la solución es sencilla: lo dijo L. Ron Hubbard a principios de los años 50: “Las personas prosperan más cuando hay desafíos naturales en su medio ambiente".

Para mantener el sabor fresco de los peces, las compañías pesqueras ponen a los peces dentro de los tanques en los botes, pero ahora ponen también un Tiburón pequeño!; claro que el tiburón se come algunos peces, pero los demás llegan muy, pero muy vivos.

¡Los peces son desafiados!, tienen que nadar durante todo el trayecto dentro del tanque, ¡para mantenerse vivos!. La presencia del tiburón dentro del tanque mantiene vigente el incentivo del pez para moverse.

Cuando alcances tus metas proponte otras mayores; nunca debes crear el éxito para luego acostarte en él, así que, invita un tiburón a tu tanque y descubre qué tan lejos realmente puedes llegar. Unos cuantos tiburones hambrientos en tu tanque te harán conocertu potencial para seguir vivo, haciendo lo que mejor haces y de la mejor manera posible.

Y si ya los encuentras en el tanque, déjalos que se muerdan entre sí, que no te asusten sus dientes ni sus trampas... tu sigue alerta, pero siempre "fresco". Siempre habrá tiburones a donde vayas, pero si no los  encuentras, !mete un tiburón en tu pecera¡, así no te aburrirás ni dejarás de moverte…

Guillermo E. Jiménez
(adaptación)

Ahora les contaré porqué este correo me llevó a empezar a estudiar otra carrera, a mis 42 años. Desde los 30 años tenía un gran trabajo; era un alto ejecutivo de una empresa pequeña pero muy sólida y exitosa; de pronto el Gobierno expidió un decreto que nos afectó muchísimo y nos cambió el panorama de la empresa de manera dramática. Cuatro años después de la ley y de muchos proyectos, ajustes y planes de salvación, no logramos adaptarnos al nuevo entorno y tuvimos que fusionarnos para salvar los activos de la empresa. Allí terminó todo y allí empezó todo...

Llegué a la nueva empresa a desempeñar el mismo cargo que desempeñaba 14 años atrás cuando ingresé a la empresa fusionada, es decir, de un momento a otro volví a empezar y fue como si todo se me hubiera olvidado; la experiencia, mis metas, mis sueños..., todo quedó replanteado en mi nueva realidad.

No sé si fue bueno o malo, pero lo único que conservé fue mi suelo, porque por razones legales no se podía rebajar; pero eso generó algunos problemas con personas que llevan mucho más tiempo en la empresa, porque tenían cargos incluso superiores al mío, pero yo llegué con mejor sueldo y ya se podrán imaginar lo  que significa ser recién llegado y ganar mejor suelo que "el jefe"...; lo cierto es que mi nueva realidad era "envidiable", tenía cargo de mensajero con sueldo de gerente.

Al poco tiempo les aseguro que me sentía bien, porque ya no tenía que preocuparme por resultados, ni por los estados financieros, ni por los clientes de la empresa, ni por los empleados, ni por las metas, ni por los competidores; nada de eso era mi problema ahora; solo me tenía que preocupar por hacer solo lo que el jefe me mandaba, que eran tareas muy poco retadoras y más bien operativas; además, porque los temas estratégicos eran su responsabilidad, como decía cuando yo osaba asistir a una reunión sin pedirle permiso; así que yo me dediqué a pasarla chévere, a relajarme y a dejar que mi jefe le pusiera el pecho a la balas, pues finalmente él quería llegar a dónde yo ya venía. En esas estaba cuando me llegó el correo que les comparto en este post y, luego de leerlo, me sentí un poco más que avergonzado, me sentí torpe y desperdiciado...

Cuando leí el correo me di cuenta que yo estaba en la comodidad de los peces en el estanque; estaba haciendo un trabajo fácil, rutinario, mecánico y bien pago, pero nada retador en comparación con lo que hacía antes y lo peor era que me estaba gustando y me estaba acostumbrando al deleite de la comodidad y de la mediocridad; por fortuna, me dí cuenta que me había dejado de retar y, como los peces del cuento, eso me  estaba volviendo torpe, lento y mecánico; mi habilidadse había desplazado de la mente a las manos, escribía más rápido pero pensaba más lento, porque resolver problemas ya no era mi tarea.

Lejos de conformarme con la comodidad de mi estanque, decidí empezar a estudiar una nueva carrera; decidí reinventarme y tener un nuevo trabajo retador dentro o fuera de la empresa, porque decidí que aquí no terminarían mis posibilidades profesionales y que de éste no era el tamaño de mis metas..., así que entendí que tenía que recuperar mi ambiente de exigencia, aunque para ello tuviera que meter un tiburón en mi pecera....

Informator